Ganó bien el Once Caldas
El partido en la primera etapa, no da lugar a dudas, el Once Caldas arroyó a Deportivo Cali. Una avalancha de oportunidades claras gestó el equipo manizaleño. Se notó al Once Caldas que se esperaba con vértigo y arremetedor por toda la afición blanca. Un equipo comprometido con el espectáculo, ordenado, prolijo, de maniobras tácticas interesantes, sin temor a emplear un sistema de defensa cargado pero ambicioso, en contraste con un Cali impotente y perdido en su propia cancha.
Tanto así que al minuto 4 del primer tiempo la primera conquista alba se gritaba en las tribunas, desde las casas y en las cabinas de prensa. Centro desde la derecha que levantó Javier Araujo al corazón del área, en medio de oponentes abundantes se izó cuan alto es Julián Hurtado, cabeceó, la envió al fondo de la red a media altura, en medio del desacierto de los zagueros rivales.
De allí en adelante todo el primer tiempo fue para el quipo de Manizales, llegada tras llegada el quipo se erigía como dominador, y se entendía la necesidad y la oportunidad de que se fuera por mayor diferencia en el marcador al vestuario, al término de los primeros cuarenta y cinco minutos. Así fue, al minuto 39 llegó el segundo gol, de nuevo Javier Araujo en su labor de facilitador, cobro desde la banda izquierda, con una maniobra persuasiva, engaña al jugador del Cali, le hace creer que recepcionará de frente, paro de inmediato se habilita, se hace al balón, se ajusta a la línea final y desprende el centro preciso, para que de la manera más fácil Sergio Ibarra justifique de cabeza su contratación y su titularidad, además de anotarse un punto a favor, luego de los comentarios que rezaban que tendría sólo tres fechas para demostrar sus talento goleador.
Hasta acá, más allá de las maniobras defensivas ajustadas y de trabajo impecable por parte de la zaga y la primera línea de volantes, se valoraba las acciones ofensivas abundantes y peligrosas para los intereses del Cali. El más optimista pensaría en el entre tiempo que el once golearía al Cali.
El periodo complementario se presento en sus primeras trazas, completo para el Once Caldas, de nuevo arrollador. Con la ausencia de Valentierra se ganó movilidad y dinamismo, los carriles fueron ampliamente auscultados, con la genialidad en ocasiones pedante y egoísta de Javier Araujo y Dairo Moreno. Pero muy pronto, luego de un bache de roces y forcejeos en la mitad del terreno, el Cali más con convicción que con táctica irrumpió en territorio Del Once y hostigo todo el segundo tiempo, al punto que marcó a los 30 minutos el gol que ponía soñar a la afición y a los hombres de casaca verde, de ahí al final del partido, fue una situación embarazosa para el Once Caldas, que se vio sometido y confinado a su propia área en aras de salvaguardar el botín.
El Once termina aguantando, con orden y con la consistencia de un trabajo táctico elaborado y entendido, que deja bien calificados a la zaga y al técnico.
Un obrero sin reconocimiento implícito, porque no es exuberante ni llamativo es Pablo Daniel Gaglianone, el volante mixto que resonó con su llegada inclusive para el técnico Jaime de la Pava. Es un hombre muy capaz, de recorrido, con un trabajo casi impecable, con entregas casi al ciento por ciento de efectivas, transmite confianza a los compañeros. Excelente.
Se gano justamente, con lo más esbelto y vapuleante en la primera etapa, y con orden y administración en la segunda. Todos los espectadores y los expertos de ambas escuadras, de juicio objetivo pueden coincidir sin dificultades en que el Once Caldas gano merecidamente.